sábado, 4 de febrero de 2012

Qué ver en París: La Torre Eiffel



La torre fue construida para la Exposición Universal de París el año 1889, celebrando el centenario de la revolución francesa.

El arquitecto y constructor fue Gustave Eiffel (1832-1923), uno de los principales constructores que emplearon estructuras metálicas durante el siglo XIX, como por ejemplo, puentes y la estructura interna de la Estatua de la libertad en el puerto de Nueva York.

La torre tiene 321 m de altura. La altura de sus tres pisos es respectivamente de 58 m, 116 m, y 276 m. El montaje duró dos años, comenzando en 1887, y para la curiosidad se sabe que está compuesta de 18.038 piezas metálicas y 2.500.000 remaches. Todos los elementos fueron preparados en el taller de Levallois-Perret cerca de París donde se encontraba la sede de la construcción Eiffel.

Cada una de las piezas, fueron diseñadas y probadas con un cálculo muy minucioso, antes de ser colocadas en la torre. En la obra un equipo de entre 150 y 300 obreros, guiados por un equipo de veteranos en la construcción de puente, montaron este gigantesco mecano.
La obra fue desde un principio objeto de admiración por parte del pueblo, pero también de burla y rechazo por parte de numerosos artistas e intelectuales. Por ejemplo "Esa lámpara verdaderamente trágica" (Léon Bloy); "ese esqueleto de chatarra" (Paul Verlaine)... son algunas de las críticas que recibió. Incluso en 1909 estuvo a punto de ser derribada.

A pesar de estas críticas tan duras, la torre se convirtió en un gran símbolo de modernidad. Con ella Eiffel demostró que el arte y la técnica estaban íntimamente relaccionados, la técnica permitia ofrecer nuevos recursos para el desarrollo artístico.

Hoy en día, la Torre Eiffel es el monumento más visitado de Francia, y se mantiene gracias a un mantenimiento de millones de francos. En 1980 fue restaurada, y se destinaron 50 toneladas de pintura de color bronce para cubrirla. En la cima existe un gran restaurante donde trabajan 380 personas. Dispone de cuatro ascensores, y 300 grandes lámparas la iluminan.

miércoles, 1 de febrero de 2012

París de Noche: consejos para disfrutar de la noche en París

París es sin duda una ciudad para disfrutar tanto con la luz del día, como en el atardecer, así como por la noche. Y es que la ciudad del amor, nos ofrece grandes atractivos cuando se pone el sol, todo oscurece y se ilumina. Es el momento de disfrutar del otro París, el París nocturno. La ciudad de la luz es un sobrenombre que tiene la ciudad al ser la primera en el mundo en instalar luz eléctrica y, sin duda, merece la pena contemplarla cuando éstas son encendidas.

Al anochecer es el momento en que podemos disfrutar de románticos paseos por sus típicos barrios, como el Quartier Latin o Barrio Latino, así como un paseo por la siempre animada avenida de Los Campos Elíseos. Disfrutar de sus míticos espectaculos de cabaret en inolvidables y archiconocidos lugares, como pueden ser el Mouline Rouge o el Lido. Pero si hay algo único y singular, en el que prima el romanticismo de esta ciudad, eso es un viaje en barco por el Sena, uno de los cruceros que nos ofrecen diversas posibilidades y con los cuales disfrutarás de los lugares más bellos de la ciudad completamente iluminados.

La ciudad, además, ofrece una gran variedad de lugares y restaurantes únicos, donde poder realizar una cena romántica. Y por supuesto, no solo es arte e historia lo que corre por las calles de París, las calles parisinas ofrecen además posibilidades de marcha y fiesta nocturnas de todo tipo y ambientes a lo largo de su geografía.

Si lo que queremos es irnos de discotecas, hay bastantes y de todo tipo, pero hay que saber a cual queremos ir ya que no hay una zona de discotecas, si no que cada una esta en una zona de la ciudad. Algunas de las más famosas discotecas de París son la Suite, lujosa sala propiedad de la familia de David Guetta o la discoteca l`Etoile, junto al Arco del Triunfo. Muchas de estas discotecas parisinas también son restaurantes, por lo que se puede ir a cenar antes de empezar la noche con bailes y copas.

Sin embargo, existen en la ciudad numerosas zonas de pubs y bares al más puro estilo de como lo conocemos en España. La zona de la Bastilla es una de las más atractivas en este sentido, ya que cuenta con varias calles llenas de pubs y alguna discoteca. En el barrio Latino y en Saint Germain, podremos encontrar diversos lugares donde escuchar música española y latina, debido a la gran comunidad latina que habita en la capital francesa. Los Campos Elíseos también cuentan con alguna discoteca de prestigio en la que poder tanto cenar como tomarnos unas copas y bailar, al igual que la zona de Pigalle y Montmartre, sobre todo la primera, conocida por su número de Sex shops, pero en la que también existen numerosos pubs, karaokes y la discoteca Lokomotive París.

Sin duda la oferta nocturna de la ciudad es enorme, de todos los gustos y como pueden leer de todos los colores. Sin duda, si hay que ponerle alguna pega, o más bien, gran diferencia con España, no es otra que los precios y el tipo de bebida. Antes de empezar a consumir, hemos de saber que la copa en París nos puede costar entre dos y tres veces más cara de lo que estamos acostumbrados, además de que la calidad y cantidad de esta puede dejar mucho que deseear. No obstante, siempre podremos contar con el handicap de la tarjeta de crédito, ya que en Francia su uso está tan extendido que en cualquier lugar podremos hacer uso de ella.